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3/4/16

Historia del subte criollo

A la historia de los subtes porteños, hay que sumarle la construcción de la línea H, que comenzó en 2001, para inaugurarse la primera estación en 2007.

Historia de los subtes porteños contada por Leonel Contreras y la arquitecta Nora Tkach en "Buenos Aires y el transporte", Colección Cuadernos educativos, editados por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Jorge Telerman como jefe porteño y Silvia Fajre como ministra de Cultura.



Los primeros proyectos para la construcción de medios de transporte
que circulasen por sobre o debajo de la superficie, tuvieron origen a comienzos
de la segunda mitad del siglo XIX...
La concentración de fábricas
y el crecimiento de las urbes como producto de la Segunda Revolución
Industrial originaron entonces, en el hemisferio norte, la aparición de los
primeros monorrieles y subterráneos. La primera ciudad que tuvo un “ferrocarril
subterráneo” fue Londres, en el año 1863. De allí (Metropolitan
Railway) proviene la palabra “metro”, hoy común en muchas ciudades.
En Buenos Aires, en cambio, se usa la apócope “subte” que deriva de
“subterráneo”, originalmente “tranvía subterráneo”....
El primer antecedente para la construcción de un subterráneo en
nuestra ciudad, data del año 1886, cuando una casa de comercio presentó
un proyecto al Congreso para construir un túnel que uniera la vieja El primer antecedente para la construcción de un subterráneo en
nuestra ciudad, data del año 1886, cuando una casa de comercio presentó
un proyecto al Congreso para construir un túnel que uniera la vieja El primer antecedente para la construcción de un subterráneo en
nuestra ciudad, data del año 1886, cuando una casa de comercio presentó
un proyecto al Congreso para construir un túnel que uniera la vieja Estación Central con la Plaza Once. Mucho tiempo después, en 1907, la Municipalidad de Buenos Aires proyectó un ambicioso plan para la
construcción de una red de subterráneos con un total de 8 líneas que
debían unir el centro de la ciudad con varios barrios. Este proyecto fue
aprobado pero terminó quedando en la nada. Finalmente le tocó el turno
al FC del Oeste, que en 1906 decidió planificar un túnel por debajo de
la Av. de Mayo hasta Puerto Madero. Esta propuesta fue aprobada en
1909. Sin embargo, tres meses más tarde, la Municipalidad autorizó a la
Compañía de Tranvías Anglo-Argentina a construir una red de tranvías
subterráneos que incluía tres líneas: Caballito-Plaza de Mayo, Constitución-
Retiro y Plaza Italia-Plaza de Mayo (más o menos lo que hoy serían
las líneas A, C y D). Como el tramo Caballito-Plaza de Mayo se superponía
a la prolongación concedida al FC del Oeste, ambas compañías
decidieron negociar, resolviéndose finalmente mantener el proyecto de
la C.T.A.A. sumándole dos túneles ferroviarios: uno hasta el subsuelo
de la Plaza Once donde se levantaría una estación para intercambio de
pasajeros y otro de vía única en un tercer nivel que llevaría los trenes de
cargas hasta el puerto.
En definitiva, el FC del Oeste se quedó con las cargas y la C.T.A.A.
con los pasajeros. Ese sería el origen del subterráneo de Buenos Aires,
que se convertiría en el primero de Hispanoamérica (y el único durante
más de 55 años) y del hemisferio sur. Además, debemos destacar que
solo hubo doce ciudades en todo el mundo que tuvieron subte antes de
nuestra metrópoli.
Línea A: Plaza de Mayo-Primera Junta
La construcción de la actual Línea A de subtes comenzó el 15 de septiembre
de 1911. Fue realizada a cielo abierto por debajo de las avenidas
De Mayo y Rivadavia, a cargo de la empresa Phillipp Holzmann & Cía. Con
la tierra removida se rellenó el actual Parque Pereyra Iraola en Barracas y
de Londres; el de Eigendorf & Garret (1889), planificando dos líneas en cruz (Plaza de Mayo-Plaza Once y Plaza Vicente
López-Plaza Constitución); los de Carlos D´ Alkaine (1890) y Lezica, González Segura & Cía (1894), ambos pensando
un tren bajo Av. de Mayo; y los de Salvador Flores & Cía (1890), James G. Killey (1898) y Charles Bright (1899). Luego,
vino la solicitud del Sr. Barrabino al Concejo Deliberante (1889), pidiendo una concesión de tranvías, que en parte debía
ser subterránea. Sin embargo, el Ministerio del Interior informó a la Intendencia que se le negaban facultades para otorgar
concesiones referentes al subsuelo. Fue por eso que posteriormente, vinieron otros proyectos, todos presentados a dicho
Ministerio con el objetivo de construir una red amplia.