No
era la canción, ahora presa del feminismo, sino el postre-merienda que
preparaban las mamás. Casi obligado, al menos una vez a la semana se servía a
los niños el arroz con leche espolvoreado con canela. Lo han querido superar en
actuales envases refrigerados, pero claro que no es aquel, cuyas recetas variaban en cada familia